martes, 18 de agosto de 2009

Si no hay sexo, no hay comida

Revisen esta nota de El País sobre una pintoresca ley en Afganistán que faculta a los maridos a no dar alimentos a las esposas que se nieguen a tener sexo con ellos.

Al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, financiado por la comunidad internacional que combate al integrismo talibán, le llueven críticas por la nueva ley dedicada a la mujer chií, que fue publicada el domingo. El texto permitirá a los maridos de la etnia hazara que profesan esa confesión (el 9% de los afganos) castigar sin alimentos a sus esposas si éstas les niegan el tamkeen, el derecho a la satisfacción de las necesidades sexuales.


Se trata de una pequeña ilustración de la cultura machista. ¿Es esto adecuado en un Estado de derecho que protegieras los derechos humanos? El problema multicultural salta a la vista: ¿Podemos exigir a todas las comunidades culturales que se adecuen a la idea "occidental" de los derechos humanos y al extravagante principio de la igualdad entre los géneros? ¿Qué consecuencias tiene la aceptación de derechos humanos universales, y qué consecuencias tiene su no aceptación?
¿Qué nos permite cuestionar y objetar las morales existentes?, ¿con base en qué criterios y conceptos? ¿Puede haber algo así como una batería de principios morales universales? Estas son preguntas esenciales para una investigación ética-filosófica.

Opinen y cuestionen

1 comentario:

  1. podríamos simplemente preguntarle a las mujeres, "¿están de acuerdo en ser lapidadas?", si dicen "si, así es nuestra tradición, déjenos en paz" pues bueno, con que derecho violentar su voluntad, en caso contrario definitivamente correr a imponer extravagantes ideas occidentales de igualdad. me imagino.

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