miércoles, 19 de agosto de 2009

La cultura de la transa: pan nuestro de cada día

Con muy buenas razones los legisladores en México son los que tienen la imagen social más negativa, peor incluso que la de los policías. Ayer salió a la luz otra perla de nuestra endémica corrupción institucionalizada y normalizada.

Vean la nota de El Universal sobre las transas que hacen los diputados con sus "prestaciones" para boletos de avión. Si es inaceptable que los diputadetes, que no son precisamente la crema, nata e inteligencia de la sociedad, tengan tantos privilegios, esto ya es el colmo: reciben boletos de avión siempre de primera clase y si no usan todo el monto al que tienen "derecho" como viáticos, reciben el equivalente en efectivo. Uno de los síntomas más claros de nuestro atraso social y degradación política es el sistema de privilegios de la clase política, que ha perpetuado los viejos fueros y las jeraquizaciones abusivas del poder, que se remontan a la colonia: una de las peores cosas de nuestra herencia hispánica. Nunca hemos vivido en una sociedad de ciudadanos iguales, ni en un auténtico estado de derecho. La perpetuación de los privilegios abusivos y del despilfarro de los recursos públicos, amén de la costumbre convertida en regla de oro de que los recursos públicos deben ser usados para los beneficios e intereses privados de los funcionarios en turno, constituyen verdaderos lastres que impiden el desarrollo de una sociedad democrática.

martes, 18 de agosto de 2009

Si no hay sexo, no hay comida

Revisen esta nota de El País sobre una pintoresca ley en Afganistán que faculta a los maridos a no dar alimentos a las esposas que se nieguen a tener sexo con ellos.

Al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, financiado por la comunidad internacional que combate al integrismo talibán, le llueven críticas por la nueva ley dedicada a la mujer chií, que fue publicada el domingo. El texto permitirá a los maridos de la etnia hazara que profesan esa confesión (el 9% de los afganos) castigar sin alimentos a sus esposas si éstas les niegan el tamkeen, el derecho a la satisfacción de las necesidades sexuales.


Se trata de una pequeña ilustración de la cultura machista. ¿Es esto adecuado en un Estado de derecho que protegieras los derechos humanos? El problema multicultural salta a la vista: ¿Podemos exigir a todas las comunidades culturales que se adecuen a la idea "occidental" de los derechos humanos y al extravagante principio de la igualdad entre los géneros? ¿Qué consecuencias tiene la aceptación de derechos humanos universales, y qué consecuencias tiene su no aceptación?
¿Qué nos permite cuestionar y objetar las morales existentes?, ¿con base en qué criterios y conceptos? ¿Puede haber algo así como una batería de principios morales universales? Estas son preguntas esenciales para una investigación ética-filosófica.

Opinen y cuestionen